El cielo y el infierno en una misma vida
Es sencillo que una persona sea altamente violenta cuando se ha
criado entre Brownsville y Crown Heights, dos de los barrios más conflictivos
del Brooklyn neoyorquino, cuando lo han noqueado tres veces en las calles del infierno
con un bate de béisbol, un ladrillo y con un barril de cerveza. Es sencillo
desconfiar del mundo entero cuando se ha pertenecido a Los Joviales de
Stompers, pandilla con la que fue arrestado 38 veces. Considerado para muchos
como una bestia humana y para otros como el rey del ring, una persona que pateó
los testículos de dos conciudadanos, que violó a una mujer y luego quiso
suicidarse, que pudo seguir con su carrera luego de haber perdido a su hija de
cuatro años, a causa de un accidente en su hogar, que fue separado por seis
hombres cuando trataba de partir el brazo a François Botha, que derribó después
de la campana a Orlin Norris , que arrojo un televisor contra sus carceleros y
que se atrevió a masticarle la oreja a Evander Holyfield en pleno combate. Una
persona depresiva, paranoica e insegura. Un hombre ambicioso por el dinero, que
llegó a ganar 300 millones de dólares y por sus conflictos personales lo perdió
todo. Así fue, es y será Mike Gerard Tyson, “Iron-Man”, el hombre de hierro.
Mike Tyson nació en 1966, en el barrio neoyorquino Brooklyn,
allí se crió a bronca limpia tras ser abandonado por su padre, cuando tan solo
tenía dos años y que más tarde perdió a su hermana. Tras haber estado en un
reformatorio a causa de su mala conducta y su brillante historial como
delincuente juvenil, conoció a Cus D´Amato, un hombre que lo ayudó a dar un
giro a su vida y que fue su tutor y entrenador de boxeo.
Luego de pasar por grandes obstáculos en su vida, Mike Tyson
debutó como profesional en marzo de 1985, en una pelea que la ganó por knock-out
en el primer round al puertorriqueño
Héctor Mercedes. Tras haber ganado varias peleas, Mike atrajo mucho la atención
de la prensa y se lo consideró el próximo campeón de peso pesado. En 1986, tuvo
su primera oportunidad de pelear por el título nacional frente a Trevor
Berbick, al que venció en el segundo round por K.O, y se convirtió en el
campeón más joven de la historia, con tan solo 20 años. Tras una década brillante,
donde todo lo que tocaba se convertía en oro, llegó la década del 90, donde
tuvo problemas que le terminaron de arruinar su carrera y su vida. En 1990,
perdió frente a James "Buster" Douglas, en Tokio, tras varias
defensas del título de pesos pesados. Al año siguiente, Mike pasó por el suceso
más oscuro de su vida, fue condenado a 10 años de prisión (de los cuales le
fueron condonados cuatro) y a pagar una multa de 30.000 dólares por haber sido
acusado de violar a una joven que participaba en un concurso de belleza. Tras
tener una buena conducta se le remitió su pena y salió de la cárcel en 1995,
para volver a tomar la rienda del boxeo.
Su primera pelea después de salir de
prisión fue ante Evander Holyfield, en un duelo que había quedado pendiente y
cae derrotado por KO. Al año siguiente, volvió a enfrentarse al norteamericano
y ocurrió el hecho más recordado y bochornoso de su vida, le arrancó un pedazo
de oreja de un mordiscón a Holyfield, donde lo descalificaron y se le quitó la
licencia de boxeador.
En 1999, volvió al cuadrilátero frente al sudafricano François
Botha y como no podía ser de otra manera
este combate estuvo envuelto de conflictos, y fue derrotado por knock-out. Tyson
no se rindió y se resistió a retirarse, en 2002 volvió a luchar por el
título de los pesos pesados contra el campeón
Lennox Lewis, en Memphis. Fue sin duda el final de Mike Tyson como
boxeador, ya que Lewis acabó con él por K.O. Pero, Mike no quiso terminar su carrera así y le
puso otra página a su profesionalismo. Volvió a
ponerse el calzón y los guantes de boxeo y se enfrentó al irlandés Kevin
McBride y con un peso muy elevado para combatir en condiciones, Mike fue
superado claramente por su rival y perdió. Días después anunció su retirada
oficial del boxeo.
Mike Tyson, será por siempre uno de los boxeadores que quedarán en la memoria por siempre, una de las pegadas más terroríficas de los pesos pesados, el rey indiscutido. Pero ¿Quién se preguntaría qué aquel chico débil de Brooklyn, al que todos llamaban “Pequeño Mariquita”, se simbolizaría como un boxeador? Fue el único que toco el cielo y el infierno en una misma vida. Mike Tyson pasará a los libros de la historia del boxeo como un trota mundo del cuadrilátero que vivió la fama y la abundancia económica hasta más no poder, descarrilando su proyección como individuo. Lo tuvo todo y todo lo perdió.
Mike Tyson, será por siempre uno de los boxeadores que quedarán en la memoria por siempre, una de las pegadas más terroríficas de los pesos pesados, el rey indiscutido. Pero ¿Quién se preguntaría qué aquel chico débil de Brooklyn, al que todos llamaban “Pequeño Mariquita”, se simbolizaría como un boxeador? Fue el único que toco el cielo y el infierno en una misma vida. Mike Tyson pasará a los libros de la historia del boxeo como un trota mundo del cuadrilátero que vivió la fama y la abundancia económica hasta más no poder, descarrilando su proyección como individuo. Lo tuvo todo y todo lo perdió.
En 1996 volvió a conseguir ser campeón mundial de los pesos pesados, tras ganar por ko, a Frank Bruno. Lo de Holifield fue posterior, fueron dos combates, el primero lo perdió por ko técnico, y el segundo por descalificación (mordisco en la oreja). Pero hubo mucho más, Tyson fue muy grande, y su pegada, demoledora. Boxísticamente hablando, un fuera de serie.
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