Racing una pasión
inexplicable
Esta es una explicación a algo
tan inexplicable, algo que no se puede describir, pero haré un pequeño esfuerzo
para llegar a una conclusión ¿Qué es ser hincha de Racing? Según Galeano en su
libro “Fútbol a sol y sombras” cuenta y nos representa como “hinchas de manicomio”.
El fútbol se vive con mucha
pasión, con muchas incertidumbres y donde muchas personas llegan a ser locuras
con tal de defender sus colores, en este caso el CELESTE y el BLANCO. Se podrán
decir que somos locos, por hablar siempre de él. Que somos perdidos del mundo,
por vivir en cualquier momento de nuestro club. Pero que le van a hablar de
amor a la gente académica, que defendió a su institución cuando estuvo a punto
de desaparecer por el año 1999. Que le van a hablar de pasión, cuando
estuvieron 35 años sin salir campeón, pasando por malos resultados, malas
dirigencias y una promoción a un paso de descender y siguieron apoyando a su
equipo. Recordando aquel descenso a la segunda división en 1983. La gente de
Racing siempre estuvo en las malas, y aún así sigue llenando su mágico Cilindro
de Avellaneda. Ese hermosísimo estadio que muchas alegrías les dio en aquellos
años de gloria en la década del 60 con el conocido “equipo de José”, haciendo
referencia al gran entrenador del Racing de aquella época, Juan José Pizzutti,
que contó con figuras como el arquero Agustín Cejas, murallas defensivas como
Alfio Basile, Roberto Perfumo, el toque por la banda izquierda de Oscar Martin
y completando esa defensa el charrúa Nelson Chabay. Una defensa que supo
afianzarse y dar seguridad al mundo académico en los años 60. Haciendo un
recorrido metros más adelante se encontraban Rulli y Cardozo y la magia del
gigante: Chango Cárdenas, autor del gol más recordado por los hinchas de
Racing, en aquella definición en Montevideo ante el Celtic escocés por la final
de la Copa Intercontinental de 1967. Más arriba estaba Maschio, Rodríguez y
Raffo que completaban la alineación del equipo imbatible en ese entonces.
Ahora de tanto hablar de algunos
momentos o pasajes oscuros que a más de uno le provocó el infarto, pasemos a
aquella alegría, esa hazaña, el momento que por mucho tiempo esperamos. El club atravesaba por un momento durísimo institucionalmente, tras tener un año
anterior muy complicado al finalizar último y lograr su peor campaña en toda su
historia, pero salió adelante como siempre. Amor y pasión fueron las dos
palabras que se inculcaron en aquellos jugadores que vinieron a Racing para
sacarlo de la situación que atravesaba. Ellos fueron el arquero Gustavo
Campagnuolo (de San Lorenzo), el lateral izquierdo colombiano Gerardo Bedoya
(Deportivo Cali), los zagueros Gabriel Loeschbor (Rosario Central) y Francisco
Maciel (Almagro), el lateral derecho Martín Vitali (Independiente), los
mediocampistas Gustavo Barros Schelotto (Villarreal, de España), Cristian Ríos
(Unión), Leonardo Torres (Chon Buk Hyundai, de Corea), Alexander Viveros
(Fluminense, de Brasil) y el delantero Rafael Maceratesi (Rosario Central). Si
señores, un plantel casi nuevo que sin conocerse salieron con hambre de gloria
partido tras partido y con el pasar de los buenos resultados la palabra
C-A-M-P-E-Ó-N se fue armando para que el 27 de diciembre de 2001, quede marcado
por siempre en lo más profundo de nuestro corazón. La Académia volvía a abrir
gargantas para gritar “Campeón”. Aquellos jugadores que dejaron el alma y la
vida, más conocido en el mundo futbolero como “huevos”, para que Racing saliera
de sus momentos negros donde diligenciaba Blanquiceleste. El paso a paso del
flamante entrenador, Reinaldo Carlos Merlo, será recordado por siempre. Una vez
más el mundo, la palabra Campeón navegó a los cuatro vientos. Si, en
el Este y el Oeste, en el Norte y en el Sur brilló la blanca y celeste. Si, La
Academia Racing Club.
Ahora volvamos al hincha de
Racing. Me voy a meter en lo que se denomina fanatismo para poder explicar con
corazón académico lo que significa cada uno de estos equipos. Muchos podrán refregarnos sus copas, sus
títulos y que estuvimos en la segunda división. River, Independiente, San
Lorenzo y Boca ¿Qué saben de sentimiento? Las Gallinas: son una mezcla de
altibajos en su hinchada, muchas veces repudiaron y le dieron la espalda a su
equipo al tirarle maíz, y cuando se fueron a la B por aquel 2011 hicieron
disturbios en su cancha y hasta la rompieron. Los Bosteros: Podrán tener muchas
Copas, campeonatos, y más gente en el país pero en las malas sus tribunas están
vacías y cuelgan banderas negras. San Lorenzo: Nunca llenaron la cancha ni en
las buenas ni en las malas. Y por último hablar de Independiente, aunque mucho
no acostumbro a hablar de ellos, porque no me interesa en absoluto, necesito
dejar en claro algunas palabras de mi vecino. Es considerado por todas las
hinchadas de argentina como el más amargo. En las malas no está nunca y
abandonan siempre. Todos estos equipos no nos pueden hablar de sentimiento
entonces, porque los académicos el club pasó por una quiebra que fue defendido
por la gente, una promoción frente a Belgrano de Córdoba, un descenso en 1983 y
35 años sin salir campeón y aún así seguimos yendo a nuestra cancha a apoyar a
nuestro equipo y defender nuestro lema tribunero: La Número 1, la Guardia
Imperial.
Por Racing lloré cuando estuvimos al borde
de dejar de existir, sufrí en cada partido y en la promoción, disfruté en aquel
campeonato soñado del 2001, canté y cantaré partido tras partido de local o
visitante, reí junto a un académico, me abrasé con una persona desconocida tras
gritar un gol en el estadio, me caí en las avalanchas que se producen luego de
un agónico grito de Goooooool, me peleé con familiares y personas importantes
en mi vida, pero hay una cosa que nunca haría. Avergonzarme. Porque me siento
orgulloso de ser hincha de la Académia, y agradezco a mi vieja por darme este
amor para toda la vida. Así es, el amor para toda la vida existe. Tiene nombre
y apellido: Racing Club de Avellaneda.
En nombre de todos los hinchas
que te acompañan día a día, se duermen y se levantan pensando en vos. Te viven
minuto a minuto y encuentran un motivo por el cual quererte cada día más. Esta
frase, conocida en nuestro mundo académico es para vos Racing Club de
Avellaneda: “Más allá de la lógica, más allá de la Razón te entrego mi vida y
mi corazón”.
Publicado
por Alan Samaniego (LaaLaaNN)

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